Ana María Grimaldos, esposa de Jorge Vildoza, fue condenada por la apropiación de Javier Penino Viñas, hijo de los desaparecidos Cecilia Viñas y Hugo Penino.
Escrito por Magalí Antonelli // Fotos de: Romina Morua
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 sentenció ayer, 14 de abril, a la imputada Ana María Grimaldos a seis años de prisión por considerarla coautora penalmente responsable del delito de retención y ocultamiento de un menor de diez años, junto con la supresión del estado civil del menor, sumado a la falsificación de los documentos que acreditaban su identidad.
Grimaldos y su esposo, Jorge Vildoza, estaban prófugos desde 1984, cuando Abuelas de Plaza de mayo inició la causa en su contra. Luego de que la familia Viñas recibiera los llamados de Cecilia pidiendo por la búsqueda de su hijo, se puso en marcha la búsqueda interminable de Javier. Tras seguir las pruebas que confirmaban que el niño estaba en manos del matrimonio Vildoza Grimaldos, la causa creció de tal manera que llegó a oídos de los apropiadores provocando su huída al exterior. Durante 20 años las familias Penino y Viñas no desistieron, fue recién en 1998 cuando Javier recuperó su identidad y conoció a su familia biológica. A pesar de esto, los apropiadores permanecieron prófugos de la justicia.
En 2012, Ana María Grimaldos fue detenida en una residencia de su familia, en la localidad de Acassuso. Acusada de los delitos cometidos durante la dictadura, y de protegerse impunemente tras el cargo de su esposo en la Escuela de Mecánica de la Armada, fue llevada a juicio y ahora condenada, 30 años después.
Cuando el Tribunal mencionó, durante la lectura del veredicto, la imposibilidad de la prescripción de los delitos de lesa humanidad –que había pedido la abogada defensora–, los familiares de la abuela Cecilia Fernández de Viñas aplaudieron el reconocimiento del Tribunal sobre la culpabilidad de Grimaldos en el robo de Javier. Pero al finalizar, luego de conocerse la pena establecida, Alcira Ríos, la abogada personal de la abuela Viñas aseguró que “la sentencia fue poca para un delito considerado de lesa humanidad”. La satisfacción no fue la misma, y a pesar del pedido de 12 años que habían hecho las querellas y la fiscalía, Carlos Viñas –hermano de Cecilia Viñas y tío de Javier– aseguró: “Nos pareció bien que sea una condena. Nosotros hemos hecho todo lo que teníamos que hacer, y la justicia actuó a su criterio. Aunque me hubiese gustado que fuera Vildoza quien hubiese estado ahí”. Además hizo referencia a la relación que aun mantiene Javier con Grimaldos –públicamente él la denomina “mamá adoptiva” y en sus declaraciones promovió su inocencia– Carlos comentó: “si a mí no me parece lo suficiente (la pena), a él le debe parecer mucho”, y a la posibilidad de que el juicio sea “sanador” del vínculo futuro entre ellos: “Va a ser un proceso de sanación lento, largo para él. Le va a ir permitiendo descargar una mochila de muchos años”.
Por otro lado, la abuela Cecilia Fernández de Viñas, presente en todas las audiencias a pesar de sus problemas de salud declaró: “yo sigo viniendo por Javier”, y frente a la pregunta por la conformidad sobre la pena agregó: “Lo que importa, preocupa, es que muchos nietos que buscan las Abuelas siguen siendo desaparecidos”.